viernes, 13 de enero de 2012

[En relación al fragmento heraclíteo B 52:]

en el nivel de la verdad el individuo sabe, mediante la indagación de sí mismo, que es dios, sabe que es el cosmos, sabe que él mismo es fuego que, mudando, descansa, y que todo este saber es suyo tan sólo siendo divino, mas no humano.

Horst Matthai,
Pensar y ser III. Heráclito el obscuro,
Universidad Autónoma de Baja California, Mexicali, 1997, pp. 120

viernes, 6 de enero de 2012

Aquí [en el análisis del fragmento heraclíteo B 1] tocamos el importantísimo aspecto de τα παντα como κοσμοι o mundos individuales. Fink ya había advertido en el empleo del verbo διαγιγνωσκειν en B 7 la presencia del principio de singularidad e individualidad.  Heidegger, a propósito de ello, pregunta “What does ‘individual’ mean in Greek?,[Heidegger-Fink, Heraclitus Seminar 1966/67] y recibe la contestación de uno de los participantes: “εκαστον”, cada uno singularmente. Y es precisamente esta la palabra que Heráclito emplea para anunciar, en B 1, en el inicio de su larga exposición, la manera de cómo va a explicar τα παντα. [...]
La fuerza didáctica, aparte del poderoso mensaje del primero [B 1] y demás fragmentos, que emana de la obra heraclítea, explica el vivo interés que antaño sus palabras despertaron y siguen despertando después de dos milenios y medio. De haber sido tan sencillo como lo es explicar τα παντα en función de cosas ―sean misericordiosos los dioses―, como lo hace la crítica moderna, dicho interés se habría apagado hace mucho. Pero no sucedió así, y pensadores de la talla de un Heidegger lo comprueban. Pero, ni Heidegger ni Fink pudieron dar con la explicación de τα παντα como los infinitos mundos, ya postulados por los milesianos y sostenidos a través de toda aquella época que abarca los llamados filósofos presocráticos. No pudieron dar con ella por estar atados a una fenomenología (la husserliana) comprometida con la tecnología y la ciencia. Ya el propio Husserl se había percatado de ello, al darse cuenta que “la fenomenología desemboca en la Monadología, en genial aperçu [atisbo] anticipada por Leibniz”. Nosotros, empero, no considerándonos comprometidos con lo moderno, procederemos con el análisis en el nivel especulativo, único que parece darnos acceso al pensar presocrático y, por ende, heraclíteo. El propio Heidegger sospechaba algo así, mas no pudo liberarse de la duda acerca de si todavía estamos a la altura de semejante tarea.

Horst Matthai,
Pensar y ser III. Heráclito el obscuro,
Universidad Autónoma de Baja California, Mexicali, 1997, pp. 95-96
[se omiten las notas a pie de página]
 

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